Historia del té matcha: del diancha Song al legado de Uji

El matcha que hoy disfrutamos en un cuenco tiene una historia que comienza siglos antes en la China de la dinastía Song. Allí se consolidó una forma de preparar té en polvo que sentó las bases de lo que, con el tiempo, florecería en Japón como matcha.
Orígenes chinos: el té en polvo y el método diancha
Durante la dinastía Song, el té se molía finamente, se cernía y se preparaba con agua caliente en un proceso conocido como diancha. Este método, con un conjunto de pasos bien definidos como moler el té, tamizarlo y calentar el agua, ocupa un lugar de transición clave en la historia del té y es el antecedente directo del matcha japonés.
La cultura del té Song también dejó huella en la selección de las piezas de servicio. El emperador Song Huizong, autor del tratado Da Guan Cha Lun, ensalzaba los cuencos de esmalte negro azulado y valoraba especialmente los efectos de vidriado tipo pelos de liebre, una estética asociada a las célebres piezas de la alfarería de Jian, conocidas hoy como jian zhan. En la práctica cotidiana, los cuencos de esmalte negro, verde y blanco fueron habituales entre los usuarios Song, con los negros alcanzando gran prestigio.
Una anécdota reveladora del intercambio cultural: monjes japoneses que estudiaban en China llevaron estos cuencos de Jian desde la zona del monte Tianmu a Japón. Allí empezaron a llamarse tenmoku, un nombre que se adoptó de forma general para referirse a estas piezas de esmalte negro, reflejando la profunda influencia Song en el servicio del té japonés.
Por qué los cuencos negros fueron los reyes del té batido y el puente directo hacia el matcha
Imagina una mesa de madera perfumada, lámparas de aceite y dos maestros del té frente a frente. Cada uno bate su té en polvo con un ritmo firme y elegante. Los jueces no miran solo el sabor: buscan una espuma blanca, densa, sin marcas en el cuenco. En la China Song, esa espuma era el orgullo de la técnica diancha. Y ahí entra en juego el cuenco negro.
Por qué preferían el té así y qué papel jugó el cuenco negro
- La espuma manda: en las competiciones de la época, cuanto más blanca, fina y persistente la espuma, mejor. El negro profundo de los cuencos de Jian zhan hacía que esa “nieve” destacara a simple vista. El contraste no era capricho, era un criterio de excelencia.
- Calor bien guardado: los cuencos Jian, gruesos y con esmaltes ricos en hierro, conservaban mejor la temperatura. El calor estable ayuda a que el batido ligue y la espuma se sostenga más tiempo, igual que hoy cuando preparamos un buen usucha.
- Forma pensada para batir: boca amplia, paredes que recogen el movimiento del batidor y un fondo con la profundidad justa para que el té “coja cuerpo” sin salpicar. Precalentar el cuenco era un paso clave para que la espuma “se pegue” limpia, sin dejar huellas de agua en la pared.
- Textura que realza la luz: esos esmaltes oscuros con efectos “pelo de liebre” u “ojo de aceite” no eran solo bellos. Su brillo y microtextura hacían resplandecer la lámina blanca que deja la espuma cuando el batido es perfecto.
- Estatus y gusto refinado: el emperador Huizong elogiaba explícitamente los cuencos oscuros por “hacer brillar” el color del té. No era moda pasajera: era la estética oficial de un arte.
Del cuenco Jian al tenmoku y al chawan de matcha Los monjes japoneses que viajaron a China se enamoraron de esa tríada ganadora: té en polvo, batido con energía, cuenco negro para realzar la espuma. Llevaron a Japón cuencos Jian desde el entorno del monte Tianmu y, con el tiempo, allí se los llamó tenmoku. Al principio, cuando el matcha echaba raíces en los monasterios y cortes, el tenmoku fue el cuenco de referencia. Con los siglos, la ceremonia del té desarrolló otros perfiles de chawan, pero el principio visual y funcional se mantuvo: un interior que ayude a batir y que permita “leer” la espuma.
De China a Japón: Eisai y el nacimiento del camino del matcha
A finales del siglo XII, el monje zen Eisai regresó de China con semillas de té y, sobre todo, con conocimientos sobre el té en polvo y su valor para la salud. En Japón escribió Kissa Yojoki, una obra que explicaba virtudes del té y pautas de cultivo y consumo.
La escena más citada de esta historia ocurrió en 1214: el shogun Minamoto no Sanetomo sufría una fuerte resaca. Según la crónica medieval Azuma Kagami, Eisai le ofreció una taza de té y le presentó su tratado, con lo que el gobernante se repuso. Este episodio consolidó el prestigio del té en la corte y marcó un antes y un después en su difusión en Japón.
Uji y la consolidación del matcha: del tencha a la ceremonia del té
Con el tiempo, la zona de Uji, en la actual prefectura de Kioto, se convirtió en un centro neurálgico. Allí cristalizó la práctica de producir tencha, hojas especialmente procesadas que, una vez molidas, dan lugar al matcha. La bebida de matcha se refinó junto con la cultura de la ceremonia del té, clave para entender su identidad y su asociación con Uji.
La tradición de Uji no solo preservó técnicas artesanales como el sombreado clásico de los jardines de té, sino que también mantiene equipamientos históricos en uso. Todavía pueden encontrarse fábricas que utilizan hornos de secado de tencha de tipo Horiishi, una rareza viva que testimonia la continuidad técnica desde épocas anteriores.
Mientras tanto, en el mapa global, el legado chino del que parte esta historia ha recibido reconocimiento contemporáneo: en 2022, las técnicas tradicionales de procesado del té y las prácticas sociales asociadas en China fueron inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, subrayando la profundidad histórica y la vigencia cultural de estas tradiciones.
Cronología rápida
- Siglos X-XIII, China Song: se codifica el método diancha con té molido y tamizado, una etapa puente en la historia del té y antecedente directo del matcha.
- Finales del siglo XII, Japón: el monje Eisai vuelve de China con semillas y saberes del té en polvo, y compone Kissa Yojoki.
- 1214, Kamakura: Eisai ofrece té y su libro al shogun Sanetomo, episodio recogido en Azuma Kagami que impulsa el prestigio del té en Japón.
- Muromachi y Sengoku: en Uji se afianza la producción de tencha y la bebida de matcha se integra y perfecciona junto a la ceremonia del té.
- Siglos XX-XXI: Uji preserva métodos tradicionales de sombra y secado de tencha; China ve reconocido internacionalmente su patrimonio vivo del té.
Preguntas frecuentes
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¿Qué fue el método diancha en la China Song? Fue la preparación del té en polvo tras moler y tamizar, con un protocolo bien establecido que lo sitúa como eslabón clave entre formas antiguas de cocción y las prácticas posteriores, y como antecedente directo del matcha.
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¿Cuál es la diferencia entre tencha y matcha? El tencha es la hoja especialmente procesada que, al ser molida finamente, se convierte en matcha.
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¿Por qué se usaban cuencos negros en la época Song? Por estética y contraste visual con la bebida, y por la valoración de los efectos de vidriado de las piezas de Jian; esta predilección quedó registrada por el propio emperador Huizong y generó prestigio en los cuencos negros, después llamados tenmoku en Japón.